jueves, 7 de octubre de 2010

Una noche china


In situ. 2009.

Ayer volvi a salir con el coreano y con una china, que era algo asi como una cita mia. Es una china que conoci cuando estuve aqui la primera vez, y me quede con su telefono. Ahora que he vuelto soltero, pues voy a llamarla, me dije. Fuimos a una discoteca que se llama S.O.S., que está en el quinto piso de un edificio en el centro. El edificio este es como una zona recreativa, digamos, durante el dia es un centro comercial, y por la noche abren karaokes y discotecas. Al parecer ayer era algun tipo de fiesta, porque tuvimos que pagar entrada, con barra libre incluída (whisky con té only)


Llegamos alli la china y yo primeros, a eso de las 9.30, muy temprano. Llegamos y dejamos los abrigos. Dentro estaba lleno, pero la gente estaba muy contenida todavía. La música era cosa china, no sé definirla como ningun otro genero, tiene un poco de todo, en una misma cancion pueden meter todos los generos. Musica de discoteca china. El local en sí, impresionante, como todas las discotecas de aqui. Pantallas gigantes por todos lados, coreografias sobre el escenario cada 30 minutos, lasers, humo, paredes que brillan... un lujo.


La china con la que yo iba conocía a algunas personas dentro del local, así que nos acoplamos a un grupito de mesas que había en el centro, cerca del escenario y del Dj, o de los Dj, que eran casi 6 personas ahi arriba. Como no podía ser de otra manera, nada más verme, ya estaban todos levantando la copa para brindar con el único extranjero del local (unas 300 personas). Cuando terminé de brindar con los de mi mesa, me llamaron de la mesa de al lado para brindar tambien. Así me hice un recorrido por 3 o 4 mesas, brindando con media discoteca. Menudo el recibimiento que nos dan los chinos, en serio. No aceptar el brindis sería una falta de respeto, además, y se crearía un ambiente muy incómodo.


La noche todavía era joven, y no había borrachetes todavia. La musica estaba bien, pero no era música de bailar, sino música para cantar, charlar o jugar a los dados. De vez en cuando se subian al dancefloor chinos/as a cantar cursiladas chinas, o bailarinas o incluso aparecia un grupo haciendo coreografías sobre el escenario grande. Todo muy entretenido y con muy buen ritmo.


Los que primeros se acercan a relacionarse con los extranjeros son los chinos. "Can you speak chinese?" o "Where are you from?" son los metodos mas utilizados. Si les das coba, no te los despegas en toda la noche. Hay que ser selectivo con los amigos chinos que haces, porque sino te agobias. Estaba jugando con mi cita a un juego de dados que tienen los chinos (jugar con probabilidades y tal), y se nos acoplo un chino. En este juego cuanta mas gente mas divertido, así que ahí estabamos los tres jugando en la mesa. Va por rondas. Quien pierde, bebe. Típico. Curiosamente les estaba pegando una paliza y me estaba empezando a aburrir. Cuando nos cansamos de jugar, el chino empezó a hablarme. Buen chico, pero pesado. A los chinos les encantan las relaciones laborales, hacer amigos para ellos es tener socios potenciales en el futuro. Los chinos que asisten a este tipo de discotecas intentan volver a casa con unos cuantos números de teléfono más en sus agendas. Y las chinas con alguna cita-millonaria, si es posible.

A medida que la noche se iba poniendo mas movidita, más chinas se me acercaban a brindar. Y más chinos intentaban establecer relaciones profesionales conmigo. A eso de las 22.30 llegó el coreano, y ahí ya fuimos el centro de atención de la discoteca completamente. Ya no era un sólo extranjero, ahora eramos dos (aunque sea un chino falso, se nota).

A eso de las 23.00 la música empezaba a ser más cañera. La mayoría de discotecas chinas no tienen una dancefloor grande, estilo 70's y tal. Son pocas las que las tienen. La mayoría tienen como tarimas, para un máximo de 5 o 6 personas, y algunas barras a las que se puede subir cualquiera. A partir de las 23:00 es raro ver una tarima vacía.

Por un descuido y varios deslices, mi cita y sus amigos se fueron temprano, así que nos quedamos el coreano y yo disfrutando de la música. Serían las 2 de la mañana. A partir de esas horas la música se vuelve más europea, más house, mucho más bailable.

Se nos habían hecho las 3:30, y eran muy pocos los desfasados que seguían en pie en la sala. Es lo que tiene salir entre semana.

Salimos de la discoteca, bajamos por el ascensor, charlamos un rato y nos despedimos. Llamé un taxi, y tras una clase intensiva del dialecto de Sichuan, llegué a casa.


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