
Es el Buda más grande del Mundo, y se encuentra en Leshan, Sichuan, a unas tres horas en autobús desde Chengdu, por un precio de, si mal no recuerdo, 20 RMB en autobús.
Salimos desde Chengdu muy temprano, para poder visitar el Buda sin prisas, y llegamos a LeShan al mediodía. La estación a la que llegamos no era la oficial, sino a aquella que al conductor le venía bien. A nosotros no. Tras una difícil negociación, un joven en bicicleta decidió llevarnos hasta el centro del pueblo por unos 25 RMB. La mayoría del trayecto fue cuesta abajo, pero cuando no lo era, ahí estaba el chino tirando de nosotros con su bicicleta vieja, con la ayuda de algún motorista que nos empujaba desde atrás. Cuando llegamos, nos dimos una vuelta por el pueblo, y después volvimos a negociar con otro hombre, quien tambien con su bici, nos condujo unos 5 kilómetros hasta la entrada del parque, todo por terreno llano y sin ayudas. Le habíamos conseguido regatear más de la mitad de lo que nos había pedido al principio, pero cuando llegamos al parque y vimos lo que había trabajado el chino, le dimos el precio original. Se deshacía en elogios y reverencias. El regateo en China es un juego. Un juego muy cansino, a veces. Ambos sabíamos que el precio original era desorbitado, que un chino lo habría sacado al 10% del original, pero al cambio a euros seguían siendo apenas unos pocos euros.
El parque es impresionante. La entrada nos costó 90 RMB por persona, e incluía la visita a unas tumbas que apenas llegamos a visitar. Como de costumbre, en el interior del parque abundaban las escaleras. Si quieres ver algo bonito en China, tienes que subir y bajar unos cuantos cientos de escalones, como mínimo.
El Buda Gigante de LeShan tiene 70 metros de altura y 28 metros de ancho, y está incrustado en medio de una montaña mirando hacia el Río Yangtsé. Su construcción se remonta al siglo VIII. Esta zona del río fue históricamente muy inestable, ya que la confluencia de tres ríos diferentes hacían las aguas muy difíciles de navegar y muchos barcos eran destruídos por las fuertes corrientes. En aquel entonces creyeron que bajo la vigilancia de un Buda Gigante las aguas se calmarían y se convertirían en aguas seguras. La idea funcionó. No debido al poder de Buda, sino a que las rocas desprendidas durante la construcción fueron a parar al río, mermando asi la fuerza de las corrientes.
Existen visitas en barco, desde las que se tiene una vista más panorámica del Buda, aunque personalmente prefiero la proximidad con la figura gigante, y tener la oportunidad de ver de cerca un monumento tan antiguo e impresionante.
Concluída la visita, nos equivocamos de salida y nos vimos en pueblo de pescadores muy tradicional y con mucho encanto.

Sin ganas de seguir caminando y con el tiempo en contra, no subimos a un taxi que nos llevó a la estación de autobús.
La excursión de un día, con viajes y entradas incluídas, nos costó alrededor de 150 RMB por persona, y sin duda valió la pena.
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