lunes, 23 de agosto de 2010

La religión en China


La situación de la religión en China, como es de esperar, es bastante peculiar. Digamos que allí no existe la religión tal y como la conocemos, sino que existen, más bien, filosofías. Para comenzar, vamos a poner la definición de cada uno de los términos:

Religión: Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

Filosofía: Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.

Dicha así, la diferencia está clara. Mientras que la religión habla de una divinidad existente, o de conceptos metafísicos, la filosofía es más pragmática, y suele tratar cuestiones como el conocimiento, la verdad, el lenguaje, y otros aspectos que afectan directamente a la vida cotidiana.

Tradicionalmente se han considerado el Taoísmo y el Budismo como religiones. De hecho, cada vez se acercan más al concepto occidental de "religión" por la apertura que está sufriendo el país y la influencia inevitable que ejercemos sobre ellos. Cada día se ven más personas acudiendo al templo a rezar y a pedir favores a los antiguos sabios que poco a poco se convierten en divinidades poderosas.


En el libro "El Enigma Chino" se trata el tema. Cuando el autor pregunta a un amigo chino sobre el concepto de religión, éste le responde lo siguiente: "En chino no hay un término que signifique lo que vosotros entendéis por 'religión'. Usamos diversas palabras que pudieran expresar algo equivalente, pero a mucha distancia. Son terminos como 'enseñanza', 'escuela', 'estudio', sin referencia a ningun dios ni al más allá. Más bien expresan, en nuestra tradición filosófica, el respeto por los ilustrados que han transmitido las enseñanzas de Confucio y el Tao". 

Estas doctrinas orientales han investigado siempre sobre la vida terrenal, han sido siempre muy pragmáticas y sin muchas meditaciones metafísicas. En chino, como dice Lao Huang, no existe la palabra religión, ni Dios en el sentido de Ser Supremo Creador del Universo. Sus seres venerados y respetados son gente muy sabia que consiguió aprender y transmitir métodos o enseñanzas para una vida más sana y saludable.


"Nuestros templos", continúa Lao Huang, "no son lugares de culto a un dios, sino lugares de encuentro o de enseñanza, de homenaje a sabios, letrados, personajes históricos, Confucio, los cuatro sabios taoístas..." 

Esta manera de pensar, es decir, el no plantearse la existencia de un Dios todopoderoso, se debe, básicamente, a que el Imperio Chino ha tenido siempre un Emperador. El Emperador en China no era sólo dominador en la Tierra, sino tambien en el Cielo. Era un estatus natural, hereditario e incuestionable. Era una persona intocable, inalcanzable y divina, pero consiguió convivir con las filosofías confucianistas, taoístas y budistas a lo largo de la Historia, nunca tuvo un Dios contra el que enfrentarse.
 


Con respecto a este tema, Lao Huang dice: "Los chinos no tenemos ningún origen divino, ni Libro Sagrado, como tienen las culturas judía, cristiana y musulmana. Tenemos una Historia de 5.000 años en la que fundamentamos nuestra concepción del mundo y los orígenes de nuestra nación y civilización y el origen del mundo."

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